lunes, 18 de diciembre de 2006

Estrangulador de Suffolk

La Policía británica ha detenido a un hombre sospechoso de ser el autor del asesinato de cinco prostitutas en Ipswich, en el condado de Suffolk, al sureste de Inglaterra. El detective Stuart Gull, encargado de la investigación, ha precisado que se trata de un varón de 37 años, empleado de un supermercado, divorciado y solitario.

En una breve comparecencia ante la prensa, Gull no ha facilitado la identidad del detenido, pero ha informado de que está siendo interrogado en una comisaría. Sin embargo, la BBC y otros medios británicos aseguran que se llama Tom Stephens. Ayer, este individuo fue entrevistado por un diario, al que confesó: "Soy amigo de todas las víctimas y no tengo coartada".

Por razones legales, el detective no ha querido dar más detalles sobre la detención de hoy, salvo que el presunto estrangulador de Ipswich ha sido detenido en su casa en la localidad de Trimley, a unos kilómetros al sureste del lugar de los hechos y cerca de la ciudad de Felixstowe (Suffolk).

Poco después de la rueda de prensa policial, la cadena pública ha informado de que se trata de Stephens, nombre que el periódico Sunday Mirror mencionaba ayer como principal sospechoso. Según la BBC, Stephens ya fue interrogado cuatro veces y ha sido conducido a una comisaría de Suffolk. De acuerdo con el dominical, trabaja en un supermercado, es solitario y amigo de las cinco chicas. Entrevistado por el diario, Stephens, con barba y bigote rubios, reconoció haber mantenido relaciones sexuales con todas, que las frecuentaba desde hace 18 meses y que temía que iba a ser detenido.

Sus víctimas, halladas en un plazo de diez días en un radio de nueve kilómetros, son Tania Nicol, Anneli Alderton, Annette Nicholls, Paula Clennell y Gemma Adams. Sus cuerpos desnudos, posiblemente para ocultar pruebas, fueron localizados en los alrededores de Ipswich entre el 2 y el 12 de diciembre. Ninguna había sido mutilada ni mostraba signos de violencia o de agresión sexual, y tres de ellas -Nicol, Adams y Nicholls- llevaban sus joyas. Todas se conocían, consumían drogas y trabajaban o habían trabajado como prostitutas en la zona del barrio rojo de la ciudad. Stephens, que dice ser inocente, las describe en la entrevista como "las cinco prostitutas más hermosas de Ipswich".

El asesino más rápido de la historia

En uno de los dispositivos policiales más grandes de los desplegados en la historia del país, unos 500 agentes de 31 cuerpos policiales del país están trabajando en la investigación de las muertes de Adams, de 25 años, cuyo cuerpo se halló el 2 de diciembre en un arroyo en Hintlesham; Nicol, de 19, encontrada el día 8 en la misma corriente en Copdock; Alderton, de 24, quien fue localizada el 10 de diciembre en Nacton; y Clennell, de 24 años, y Nicholls, de 29, el día 12 en un bosque de Levington.

Los forenses han determinado que Clennell murió por "una opresión en el cuello" y Alderton fue estrangulada, pero siguen los análisis para averiguar cómo murieron Nicol, Adams y Nicholls. Según la policía, Alderton estaba embarazada de tres meses.

La localidad de Trimbley, donde se ha producido la detención, está cerca de la carretera A14, próxima a los lugares donde fueron abandonados los cuerpos de las chicas. En estas semanas de pesquisas, la Policía de Suffolk ha recibido unas 10.000 llamadas del público e investigaba a unas 50 personas.

Desde el principio, los investigadores sospecharon que todas las muertes estaban relacionadas entre sí, lo que convirtió al estrangulador de Ipswich en el asesino en serie más rápido de la historia del Reino Unido: cinco asesinatos en menos de seis semanas.

Jack el Destripador necesitó nueve semanas para matar a otras cinco prostitutas en tiempos de la reina Victoria. Y el Destripador de Yorkshire tardó cinco años en matar a 13 personas. Los asesinatos ha causado una auténtica convulsión en Ipswich, de 140.000 habitantes.

La policía pidió colaboración ciudadana y recomendó a las demás chicas de la calle, 30 ó 40 en total, que no fueran a trabajar y lanzó advertencias a las demás mujeres para que extremaran la vigilancia. Hoy, Ipswich puede volver a respirar tranquila. O no.

Fuente: Caracol

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